Debemos permitir que joyas como Stiffelio sean valoradas por el público: Alonso Escalante


· Obra de Giuseppe Verdi que fue tema de una charla introductoria



· Se dieron a conocer los detalles sobre el montaje de su próxima presentación en el Palacio de Bellas Artes los días 4 y 7 de octubre



· Participaron parte del elenco y de la producción



“La programación de los teatros debería contemplar siempre la inclusión de un título que posibilite la apertura del repertorio operístico de nuestro auditorio. Debemos permitir que joyas como Stiffelio sean valoradas por el propio público y contribuir a la vigencia de la ópera”, afirmó Alonso Escalante, director de la Ópera de Bellas Artes.



Se llevó a cabo una charla introductoria sobre Stiffelio, obra de Giuseppe Verdi que la Compañía Nacional de Ópera presentará en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, 4 de octubre a las 20:00 y el 7 a las 17:00.



Estuvieron presentes el director concertador Felix Kreiger, la directora escénica Daniela Parra, el musicólogo Marco Marica, el tenor Luis Chapa y la soprano Violeta Dávalos, bajo la moderación de Alonso Escalante, director de la Ópera de Bellas Artes.



Se develaron múltiples detalles sobre la ópera Stiffelio de Giuseppe Verdi, como el contexto, la historia y los personajes, entre otros pormenores de esta puesta en escena, para que el público pueda comprender de mejor manera toda la trama y el montaje.



Alonso Escalante indicó que “personas ajenas a la ópera piensan que es un género moribundo, pero en realidad tiene la lozanía y el vigor para poder expresarse en forma vigente y poderosa, tal como ha sido siempre.



Es un espectáculo para el que no se necesita ser iniciado. Hay que abrirse, disponerse a disfrutar, entender, ponernos al borde del asiento, conmovernos o desternillarnos de risa, según sea el caso”.



Durante la charla, se mencionó que Stiffelio estuvo en México en 1864, única vez que ha estado en nuestro país, fue traída por una compañía itinerante. Las óperas que se estrenaban en Italia viajaban rápidamente por todos los países. Sin embargo, en los últimos 15 años, este título solamente se ha presentado en 12 ocasiones en el mundo. Es una pieza que ha quedado relegada de los repertorios.



Por su parte, el musicólogo Marco Marica afirmó que fue un placer descubrir esta obra de Giuseppe Verdi. “Es una ópera excelente. Históricamente, Stiffelio se coloca entre Luisa Miller y Rigoletto”.



En 1847 Verdi se encontraba en París, donde permaneció casi 2 años y conoció la vida cultural de la capital teatral del siglo XIX. En ese periodo, el melodrama era muy popular, mezclaba una historia muy fuerte con situaciones absurdas y la música subrayaba los momentos dramáticos de la acción.



Marica explicó que hubo un momento en que Verdi comenzó a crear protagonistas femeninas muy parecidas, pero con diferentes matices: Lina, la esposa de Stiffelio; Gilda, de Rigoletto, y Violeta, de La Traviata, son un ejemplo de ello. Las tres están fuera de la sociedad y son el personaje más fuerte de sus óperas. “Le importa mucho la figura femenina, algo muy típico del drama burgués, las normas sociales y la vida privada”.



Durante su intervención, Felix Kreiger señaló que se trata de una historia muy especial, cuya música es muy singular e interesante, aunque es una obra que enfrentó la censura y quedó olvidada.



El tenor Luis Chapa dijo que su personaje es sumamente fascinante: “Quería interpretar este rol desde hace muchos años. Dramatúrgica y musicalmente la comparo con los grandes roles heroicos de tenor de Otelo y Tristán”.



La primera parte es más lírica, luego dramática y en medio hay concertantes muy refinados que se cantan con sotto voce, casi un suspiro, “por eso lo encuentro fantástico”, comentó el tenor.



Daniela Parra acotó que como directora no va a poner a Lina como una damisela que vivió ciertos abusos, ya que “eso le da una lectura de un personaje chato, es mejor que quede la duda de qué fue lo que pasó y que así exista un drama. Si todo fuera tan obvio, no nos acercaría a los personajes”.



Y agregó que “se trata de una puesta semiescenificada, con la orquesta en el foso y el foro en cámara negra, donde la luz es esencial, viaja con cada personaje como si fuera una cámara de cine. El vestuario es de hechura rústica, puritana y sobria”.



Por su parte, Violeta Dávalos señaló que este rol es una sorpresa, algo muy diferente a todos los que ha interpretado y que desde que empezó a estudiarlo se dio cuenta que se trata de un papel muy interesante, lleno de matices. Es un reto tanto vocal como actoralmente.



“Lina es una mujer sumisa, dominada primero por su padre y después por el esposo, así que atreverse a tener una relación con Raffaele es algo inaudito que habla de un temperamento fuerte en ella”, refirió.