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Noticias 2019-01-11 12:58

Devuelven esplendor a la mítica capilla de Ramos Arizpe, en Coahuila

Devuelven esplendor a la mítica capilla de Ramos Arizpe, en Coahuila



*** El inmueble quedó estable y sin riesgo, luego de una intervención intensiva que incluyó el reforzamiento estructural, además de trabajos de mantenimiento



*** En la Ciudad de México son restauradas 17 piezas de la colección del templo, entre pintura, escultura y textiles, la mayoría posiblemente del siglo XVIII



Concluyó la primera etapa de restauración de la mítica capilla de Santa María del Rosario, en Ramos Arizpe, Coahuila, donde se cree que el cura Miguel Hidalgo y Costilla oficiaría su última misa antes de ser aprehendido en La Noria de Acatita de Baján, durante su último trayecto al norte.



El templo fue edificado en arquitectura de tierra: piedra, lodo, vigas, morillos de madera, carrizos, sillar, cal y otros materiales de la zona. En una de sus trabes se puede leer la inscripción: “Se acabó de construir esta capilla el año de 1721”. Es de fachada sobria pero en sus interiores conserva dos retablos barrocos dorados y su viguería original. Junto con su colección de bienes muebles, integrada por óleos y bellos objetos litúrgicos, forma parte del conjunto patrimonial del Camino Real de Coahuila y Texas, y la Ruta de Hidalgo.



Considerando su relevancia histórica, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), a través de la Coordinación General de Difusión y Patrimonio Cultural y el Área de Investigación y Difusión del Patrimonio, con apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila y el municipio de Ramos Arizpe, concluyeron la primera fase de un proyecto interinstitucional para restaurar este inmueble que había sufrido deterioro a causa del paso del tiempo y afectaciones estructurales ocasionadas por una plaga de ardillones, informó la arquitecta Cynthia Villarreal Lomelí, del Centro INAH Coahuila.



La primera etapa de restauración se realizó bajo la coordinación de la UAdeC, a través del proyecto “La recuperación del itinerario histórico del Camino Real de Coahuila y Texas”, siendo el responsable de la restauración Jorge Omar Segovia, y de la ejecución de obra, Pablo Rivera Guzmán, quienes trabajaron de la mano con la arquitecta del INAH Cynthia Villarreal, como supervisora.



Se contó también con la colaboración de especialistas de la UNAM, quienes tomaron radiografías con escáner 3D para detectar daños estructurales, así como de la Universidad de Granada, España.



La arquitecta Cynthia Villarreal Lomelí explicó que el edificio del siglo XVIII requirió de una intervención intensiva para atender deterioros originados por restauraciones anteriores, hechas con materiales inadecuados, agravadas con la presencia de una plaga de ardillones. Las afectaciones estructurales se ubicaron principalmente en el campanario y el muro sur.



Señaló que con el reforzamiento estructural, la capilla quedó estable y sin ningún riesgo de colapso; en tanto la plaga de ardillones fue tratada con ayuda de biólogos que la desalojaron sin agredirla. Enseguida, los muros fueron protegidos para evitar que los animales vuelvan hacer madrigueras en el lugar.



Villarreal Lomelí detalló que durante esta etapa del proyecto de intervención, la cual tuvo lugar de julio a noviembre, se realizó la restauración de la torre del campanario, consolidación de pretiles, impermeabilización de cubiertas, reestructuración del muro sur en su primera sección, reestructuración y consolidación de la fachada principal.



Otros trabajos que se efectuaron fueron la atención a bajadas pluviales, se restituyeron aplanados exteriores y una sección del muro sur en el interior. Asimismo, se reintegró la pintura a la cal en la torre del campanario, pretiles, contrafuertes, bautisterio y fachada principal, según los tonos encontrados mediante calas. Es decir, explicó, se recuperó el color original del templo, luego de que por medio de calas hechas por los restauradores se llegó a la capa pictórica del siglo XVIII, la cual presenta una tonalidad ocre, misma que se respetó para decorar el templo.



El director del Centro INAH Coahuila, Francisco Aguilar Moreno, indicó que por razones de seguridad, desde mediados de la década de 1980 los acervos de pintura, escultura y objetos litúrgicos de la capilla fueron resguardados en el Templo de San Juan Nepomuceno, en Saltillo, bajo custodia de las autoridades eclesiásticas. Ahora, la segunda etapa del proyecto continúa con la restauración de 17 obras de la colección: tres pinturas de caballete, siete esculturas y siete textiles.



Las piezas ya fueron trasladadas a la Ciudad de México, a los talleres de Escultura Policromada, Pintura de Caballete y de Textiles, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, donde, respectivamente, los objetos serán restaurados.



La intervención de las esculturas comenzará en este mes de enero, informó la restauradora Fanny Unikel Santoncini, una de las coordinadoras del Taller de Escultura Policromada en la ENCRyM. En la primera fase se hará el registro fotográfico y de la técnica de manufactura, así como de los deterioros de cada pieza.



Dijo que en el caso de las tallas, hasta el momento se visualizan tratamientos de rutina: limpieza, estabilización de las capas de policromía y estructural. Los detalles de las intervenciones, según el caso de cada objeto, se definirán más adelante, cuando se haga el dictamen particular.



En un primer momento se elaborará una propuesta que describa las características de las piezas y el análisis de los deterioros detectados en estudios de laboratorio y observaciones a través de diferentes medios físicos, así como información de su contexto, origen de los objetos y una datación aproximada de su antigüedad. Este corpus de datos servirá de base para la elaboración de un dictamen y la propuesta de intervención.



Fanny Unikel detalló que se trata de siete esculturas en madera con policromía muy delgada y frágil, que se deterioró por el uso que tuvieron como objetos de culto, mismo que se acentúo al haber sido guardadas.



Las piezas estarán dos años en la ENCRyM para ser intervenidas paulatinamente: primero, la colección de escultura, posteriormente las pinturas, y finalmente los textiles, que consisten en ropa de algunas de las tallas. Se calcula que la mayoría de piezas datan del siglo XVIII, pero hay posibilidad de que algunas correspondan al siglo XVII.



La restauradora comentó que la intención del proyecto de restauración de bienes muebles de la Capilla de Santa María del Rosario, que llevará a cabo la ENCRyM, en apoyo al Centro INAH Coahuila, “es voltear los ojos al norte, donde nos parece muy importante poner atención al patrimonio cultural, porque hay pocos restauradores en la región”.



La escuela, dijo, lo ha hecho antes con piezas de Chihuahua y otras también procedentes de Coahuila, “la idea es dar continuidad a esa tarea de formar restauradores que aborden el universo patrimonial del norte de México”.



En lo referente al proyecto de intervención arquitectónica del inmueble religioso, el director del Centro INAH Coahuila, Francisco Aguilar Moreno, dijo que en la segunda etapa del proyecto se dará continuidad los trabajos en el muro sur, así como en los muros posterior y lateral, y el interior de la edificación, para finalmente colocar aplanados. En fases posteriores serán restaurados los elementos de carpintería: el piso, que es de madera, y retablos barrocos, antes de colocar óleos y esculturas nuevamente en sus sitios.



La mítica Capilla de Santa María del Rosario de Ramos Arizpe



Se localiza a 15 kilómetros de la ciudad de Ramos Arizpe, dentro del conjunto arquitectónico de la ex hacienda del mismo nombre, cuya fundación data de 1707, lo que la hace una de las fincas más antiguas de la región, además de la de mayor extensión territorial en su momento. La construcción del templo inició a finales del siglo XVII, para cubrir las necesidades religiosas de la propiedad, y se terminó en 1721.



El templo da servicio religioso el día 7 de cada mes, y es custodiada por la comunidad que desde hace 30 años nombró como responsable a doña María Orozco.

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