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Museos 2015-07-03 17:43

Inauguran Las pieles del espacio en el Museo Nacional de Arquitectura

Del 2 de julio al 20 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes



Inauguran Las pieles del espacio en el Museo Nacional de Arquitectura



ï‚· La muestra, un repaso antológico de Juan José Díaz Infante

Núñez, creador de edificios emblemáticos en la capital

Se podría decir que la vida de Juan José Díaz Infante Núñez fue

multifacética, pues se desarrolló como arquitecto, portero, académico

e inventor. En Las pieles del espacio se muestra un panorama de

estas facultades, pero sobre todo es una exposición de pensamiento

arquitectónico.

A tres años del fallecimiento del artista, el Instituto Nacional de

Bellas Artes (INBA) inauguró la noche del jueves 2 de julio la

exposición antológica Las pieles del espacio, un reconocimiento a su

obra y aportaciones, la cual permanecerá abierta del 2 de julio al 20 de

septiembre en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas

Artes y la cual contó con la curaduría de Juan José Díaz Infante

Casasús, hijo del reconocido arquitecto.

Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y

Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, dio la

bienvenida al Museo de Arquitectura a la exposición que llevó un

proceso de tres años de gestación, en donde se recopilan 50 años del

arquitecto Juan José Díaz Infante Núñez.



La exposición que incluye cerca de 100 láminas, maquetas y

videos, destaca dos puntos fundamentales: las ideas que forjaron el

pensamiento de Díaz Infante Núñez en torno a la arquitectura como

ciencia del espacio y la geometría como base de la arquitectura.

Es una muestra en la que se eligieron ciertas obras que en

conjunto forman un códice y que al mostrarlas de manera conjunta

Arquitectura

forman el cuerpo de la exhibición, como se puede observar en la

mampara que se encuentra al inicio de la exposición, donde se

encuentran ordenados de forma cronológica los diferentes estilos y

formas geométricas de los edificios más emblemáticos del arquitecto,

desde 1978 hasta 2008.

“Se habla de mi padre como arquitecto porque es el título que

tenía, pero lo que trata de mostrar es un proceso de pensamiento de

diagnóstico, de cómo pensar en la arquitectura”, afirmó Díaz Infante

Casasús.

Y es que él no pensaba sus obras como el resto del gremio, sino

que el estilo adquirió una gran fuerza en cada uno de sus edificios, los

cuales eran distintos, por lo que él se autodefinió como un diseñador

de espacios y sistemas, haciendo una renuncia pública a finales de los

noventa a ser únicamente arquitecto.

En una parte de la exposición se reproduce una pequeña sala

con pertenencias del arquitecto, donde se encuentran su chamarra de

Mickey Mouse, su jersey del equipo de futbol soccer de los Pumas, del

que fue fundador y primer portero, libros, un restirador, una regla T,

una taza de Sanborns, a donde iba todos los días a las 13:00 horas,

así como fotografías.

La segunda línea curatorial es la parte geométrica, en la cual se

pueden apreciar dibujos realizados a mano alzada de croquis y

bocetos, así como fotografías de algunas de sus obras realizadas en

plástico que sobreviven a la intemperie, como la casa que se

encuentra en el Museo de Arte Moderno, o como el modelo en

miniatura de la Casa Rotomoldeo, diseñada en 1998.

El arquitecto estuvo influenciado por Pierre Teilhard de Chardin,

filósofo francés que estableció el término de la cosmovisión,

aplicándolo a su trabajo a nivel del espacio, del fenómeno humano

sobre el mundo. A partir de este autor vienen otros más relacionados

con los procesos celulares y la evolución, por lo que Juan José Díaz

Infante Núñez crea la teoría de kalikosmia, es decir, la casa como

universo y el universo como casa.

Lo aplica en casas hechas de plástico que eran células, genera

un proceso totalmente científico aplicado a la arquitectura. Otros de los

materiales que fueron sus aliados y determinaron la expresividad de

su obra fueron el metal y el vidrio.

Sin embargo, propuso firmemente que las casas deberían

hacerse de plástico, porque el material del mexicano es el petróleo,

con la ventaja que las casas no se caerían en sismos como el de

1985, en el que muchos multifamiliares se derrumbaron. Propuesta

que su hijo, el curador de la exposición, aseveró continúa vigente.

Además de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente

(TAPO), la Bolsa Mexicana de Valores, el edificio del Citibank, que

tienen una historia importante en su concepción y diseño, se suman a

la obra del arquitecto y diseñador de espacios y sistemas el edificio de

Procter and Gamble, la Torre Diamante, la Casa Popular Durango, el

Centro Asturiano Cuautla, la Secretaría de Economía, el Club Pumas,

el Centro Asturiano Arquímedes; la casa de Ámsterdam 270, entre

otros más.

Es una exposición viva, no es una exposición contemplativa, un

organismo con el que la gente entienda, conozca y dialogue, por lo

que ya trabaja en hacer recorridos guiados con la Bolsa Mexicana de

Valores y la TAPO, a partir del momento en que la gente esté

interesada.

GVG

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