La magia de la poesía de García Lorca se amalgamó con las voces del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes
Ø La agrupación ofreció un concierto el jueves 16 de julio en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección huésped del español Carlos Aransay
Una verdadera irrupción de melodías y voces retumbaron en todos los rincones del Palacio de Bellas Artes la noche del jueves 16 de julio, debido a que el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, bajo la dirección huésped de Carlos Aransay, ofreció una espectacular actuación.
Y es que el coro formado en 1938 por Luis Sandi ha crecido en calidad con los años, como se constató en la cálida noche, cuando interpretó obras de Orlando di Lasso, Nicolás Gombert, Jacobus Clemens non Papa, Robert Pearsall, Edward Elgar, Frederick Delius y Charles V. Stanford. Con cada pieza, el reto iba en aumento.
Además, se contó con la participación del guitarrista mexicano Morgan Szymanski, quien interpretó dos obras contemporáneas: The Unicorn in the Garden de Alec Roth y Un día en la ciudad de México de Julio César Oliva, las cuales fueron ampliamente ovacionadas por el público que abarrotó la Sala Principal del recinto de mármol.
Posteriormente, el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes volvió a ocupar el escenario para ofrecer dos inolvidables interpretaciones. La primera de ellas fue Oh, tiempo de Brian Banks, basada en un poema de Juan Ramón Jiménez, la cual llevó a más de uno a regiones insospechadas por la mente humana.
La otra canción que alentó los ánimos fue Esta tierra de Javier Busto, inspirada en un texto de Francisco Pino. Con esta obra, el coro alcanzó los bordes que separan lo celestial de lo mundano.
La dirección del español Carlos Aransay estuvo a la altura de las voces que componen al Coro de Madrigalistas. El talento del primero se fusionó con el de cada uno de los integrantes del ensamble vocal dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). El resultado: una combinación perfecta.
Pero lo mejor estaba por venir. El Romancero gitano op. 152 de Mario Castelnuovo-Tedesco fundió lo mejor de las voces humanas con lo mejor de la poesía de Federico García Lorca.
Una cosa es leer en la intimidad los versos del poeta granadino y otra es escuchar en voces armoniosas sus poemas Baladilla de los tres ríos, La guitarra, El puñal, Memento, Baile, Crótalo y Procesión, paso, saeta.
La magia que desprende la voz poética de García Lorca se amalgamó a la perfección con el encanto del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes en una combinación poético-musical que deleitó al público.