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Museos 2024-07-05 21:02

El Museo Mural Diego Rivera despide la muestra Azúcares Sacras: dulces rituales



El Museo Mural Diego Rivera despide la muestra Azúcares Sacras: dulces rituales


Con más de mil piezas de alfeñiques y una investigación que rastrea el origen y desarrollo de esta tradición, Azucares Sacras: dulces rituales cierra este domingo 7 de julio en el Museo Mural Diego Rivera (MMDR), recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).



Catrinas, calaveras de diversos tamaños y diseños, ataúdes de colores vibrantes, pero también animales, frutas y platillos tradicionales, bebidas de todo tipo, hasta instrumentos musicales, vajillas, corazones, ángeles, todas estas esculturas realizadas con azúcar son expresión cultural de larga data e inspiraron a muchos artistas mexicanos, como Diego Rivera, José Chávez Morado, José García Narezo, Alfredo Serra, María Izquierdo, Rosa Rolanda, entre otros.



Realizadas con una intención efímera, esta exposición pone en valor una tradición centenaria en México y que expresa el sincretismo de nuestra cultura, pues, como se sabe, el azúcar no es un producto originario del continente.



De acuerdo con el rastreo que exhibe el museo, fue fray Bernardino de Sahagún quien registró cómo los pueblos precolombinos utilizaron semillas de amaranto y mieles para realizar figuras votivas que eran utilizadas en las ofrendas. Esto sería “el principio de las piezas actuales que siguen realizando los pueblos originarios”, como los otomíes, nahuas, purépechas, zapotecas, mixtecos, totonacas, incluso de la huasteca maya, los nikiranos de Nicaragua, así como los quechua y aimara de Bolivia.



Con la llegada de los españoles al continente, esta tradición adoptó otros tintes, pues se sabe que el alfeñique tuvo influencia árabe, china y africana. La palabra alfeñique proviene del árabe hispánico y hace referencia a la “pasta de azúcar amasada con aceite de almendras dulces”. De origen árabe también son los buñuelos, los churros y los mazapanes, de estos últimos se presentan algunas piezas.



Asimismo, la inmigración africana, que llegó junto con Hernán Cortés, nutrió de varias maneras la cultura que se gestó durante la Nueva España, parte de ello fue el imaginario sobre animales exóticos, elefantes, leones, jirafas, que se materializó en las estatuillas de azúcar. Lo mismo sucedió con la inmigración china, desde el siglo XIX, quienes, durante los festejos del Año Nuevo Lunar, realizaron dulces con las figuras de los animales del horóscopo chino.



Del periodo colonial, también surgen representaciones con influencia europea, como los cristos e imágenes de María, así como la efigie del Sagrado Corazón de Jesús y figuras angélicas, las cuales surgen en el siglo XVII, pero también cráneos inspirados en las reliquias de santos, los osarios romanos y las piras funerarias. La charrería también fue una fuente de inspiración.



Las representaciones de calaveras, ataúdes, hasta los platillos tradicionales, frutas y bebidas, de lo cual se exhibe gran variedad, derivan de las ofrendas del Día de Muertos, pero en la época contemporánea se han sumado otras temáticas, como las calaveras que ejemplifican oficios: secretarias, enfermeras, albañiles, vendedores de comida, luchadores, así como iconografía relacionada con los automóviles, los aviones, teléfonos, balones de futbol, entre otros.



Como parte de las tradiciones y la cultura nacional, muchos artistas, sobre todo aquellos pertenecientes a la Escuela Mexicana de Pintura, inmortalizaron en su obra pequeñas estatuas de azúcar, sobre todo al abordar temas relacionados con el Día de Muertos o naturalezas muertas, como se ilustra en los óleos Calaveras de azúcar (1947), de José Chávez Morado o El borrego de azúcar (1956), de Naya Márquez.



Como parte de la muestra, se destaca la presencia de gran variedad de Catrinas realizadas en azúcar, personaje que fue inmortalizado por Diego Rivera en el mural del recinto, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), así como tres calaveras en gran formato que pertenecieron al pintor, las cuales compró en el Mercado de la Merced, entre 1956 y 1957.



El recorrido por la exposición incluye, además, 71 piezas de arte popular, 24 de arte prehispánico, seis hojas volantes de José Guadalupe Posada, tres cerámicas de Pedro Coronel, pinturas de caballete y una fotografía de Manuel Álvarez Bravo, que muestran la influencia de esta tradición en el arte mexicano del siglo XX.



Azúcares Sacras: Dulces rituales se puede visitar hasta este domingo 7 de julio, de 10:00 a 18:00 h en el Museo Mural Diego Rivera, Colón s/n, esquina Balderas, Centro Histórico

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