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Teatro 2025-02-15 10:28

RESIDUOS (LO QUE QUEDA DE MÍ), ESPECTÁCULO UNIPERSONAL

RESIDUOS (LO QUE QUEDA DE MÍ), ESPECTÁCULO UNIPERSONAL
DE DIANA GÓMEZ, SE PRESENTARÁ EN EL TEATRO DEL PUEBLO

Obra de teatro que reflexiona sobre el olvido, los recuerdos y la memoria para cuestionar la identidad y provocar a la resonancia con la inmemsidad de la existencia.





Diana Lizbeth Gómez Córdova (Diana Gómez) es una creadora escénica interdisciplinaria cuyo trabajo abarca teatro, danza, circo, performance y dramaturgia, todo con especial énfasis en el género de la tragicomedia.

Desde 2017 escribe, dirige e interpreta piezas unipersonales o en pareja, en las que retoma su propia experiencia de vida para abordar temas, a nivel individual, de cuestionamiento existencial y memorias de vida, y, a nivel social, conflictos que atañen a su comunidad (oaxaqueña) como el medio ambiente, los desplazamientos, la pérdida de identidad y la trata de personas. En ese contexto, Diana Gómez escribió la obra Residuos (Lo que queda de mí), la cual dirige e interpreta y presentará en una temporada del 20 de febrero al 7 de marzo en el Teatro del Pueblo, con el apoyo de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Residuos (Lo que queda de mí) es una obra de teatro físico y de objetos que reflexiona sobre los recuerdos y el olvido y cómo estos forman la historia de vida de cada quien, para preguntarse: ¿Nuestras vivencias determinan lo que somos?

Espectáculo unipersonal y multidisciplinario, convertido por la magia de la escena en una invitación a la reflexión a partir de la vida de un ser errante guiado por la presencia y el sonido de un espíritu; un ser que cuenta algunos de los recuerdos que le quedan a fin de para explicar el porqué de su condición y, pero también para despojarse de ellos, pues sólo así, en la pérdida de su historia, encuentra el camino para entregarse a la existencia del aquí y el ahora, y dando paso así a la muerte.

Diana Gómez dice que su obra parte del supuesto de que “todos somos nuestra propia historia”. Sin embargo, dice, considerando esta como la reconstrucción del pasado, la vida es obra de cada persona, donde la memoria elige los sucesos que recordará y cuáles no, pues no es posible almacenar todo lo vivido.

Por ello, considera, “la historia de cada uno es tan sólo una parte de su ser, el cual viaja constantemente hacia al pasado o al futuro, y el presente, si es que existe, se le escapa, no permitiéndose sentir la plenitud de la existencia, ya que esta es solamente un filtro a través del cual se habita”

El personaje de esta propuesta artística es un ser que busca despojarse de sus recuerdos y de todo aquello que considera que le define y pertenece, como casa, familia, amigos, para así encontrarse consigo mismo más allá de todo ello.

Su historia es, pues --señala la autora e intérprete-- la historia de cómo no tener historia, y se narra desde dos tiempos: el pasado durante la juventud y el futuro durante la vejez. “En ambos casos se le escucha hablar de los pocos recuerdos que le quedan y ahí aparece su madre y su abuela. Es así como se intuye por qué ha decidido emprender esta búsqueda que percibe lograda cuando elige morir todos los días, lo que significa aceptar y reconocer el inevitable cambio y la transformación de todo.

La autora reconoce que el personaje está inspirado en su propia abuela que, “como muchas de las personas de la tercera edad, constantemente habla de su historia. Sin embargo, esta siempre cambia y sus nuevos recuerdos, creados o recuperados, conforman lo que finalmente es”.

Es ahí en donde se origina el nacimiento, para reflexionar sobre el olvido y los recuerdos, planteando también la referencia al lugar de nacimiento de la abuela, San José Sosola, ranchería de la mixteca oaxaqueña, un lugar de paisaje árido con muy pocos habitantes, pues la mayoría ha decidido migrar, aspectos de relevancia para plantear la metáfora escénica. Finalmente, la autora incrusta referencias autobiográficas como una manera de cuestionar su propio ser, su historia, su memoria y su olvido.

Para su puesta en escena, la obra cuenta con colaboración de Judith Fabián en la interpretación de la música en vivo, Jorge Lemus en el diseño de iluminación, Luis Zamudio en la fotografía y video y Elit Rue en el diseño de vestuario:

Residuos (Lo que queda de mí), a cargo de Diana Gómez, se presentará los días 20, 21, 27 y 28 de febrero y 1, 2, 6 y 7 de marzo, jueves y viernes a las 19:00 h, sábado a las 18:00 y domingo a las 17:00, en el Teatro del Pueblo (República de Venezuela 72, Centro Histórico).

Admisión: Entrada general, $138. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster. Aforo al 100% de la capacidad del teatro.

Para conocer la programación de la Dirección del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, visite la página: www.teatros.cultura.cdmx.gob.mx o la aplicación TeatrosCDMX, disponible en los sistemas operativos Android e IOS y en las redes sociales: Facebook @TeatrosCdMexico, Twitter @TeatrosCdMexico e Instagram @teatroscdmexico

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