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Museos 2025-02-28 21:33

PRESENTAN HALLAZGOS DEL MURAL SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL



PRESENTAN HALLAZGOS DEL MURAL SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL


La investigación partió de la imagenología y dos metodologías de trabajo distintas (una la histórica y otra física)


En el marco de la Noche de Museos de febrero de 2025, el miércoles 26 de febrero de 2025, el Museo Mural Diego Rivera –que celebra 37 años de existencia– abrió sus puertas al conversatorio “El legado de Diego Rivera en el siglo XXI”, que presentó información sobre una profunda investigación histórica, artística, técnica y analítica del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947).


La investigación que inició en 2016, y en la que trabajaron de manera conjunta especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sobre dicho mural entregó interesantes resultados acerca de lo que hay detrás de una de las obras más importantes de Diego Rivera.


“Es la prueba fehaciente de que sí se pueden lograr grandes resultados que permitan a los profesionales de la restauración hacer bien su trabajo y, sobre todo, cuidar del patrimonio”, aseguró la subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, Dolores Martínez Orralde, durante el conversatorio que se llevó a cabo en la Noche de Museos, en el Museo Mural Diego Rivera.


El director del Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), Ernesto Martínez Bermúdez, explicó que la obra se creó para el Hotel del Prado; su primera posición fue en el restaurante y, al detectar que podría sufrir daños por inestabilidad y por el humo y gases de la comida, se trasladó al vestíbulo. En 1985, el sismo del 19 de septiembre causó daños estructurales al hotel, pero no al mural, por lo que se decidió su traslado.


Los asistentes que se reunieron para conocer la historia vieron a través de fotografías, videos y documentos oficiales el proceso administrativo y técnico para que el rescate del mural fuera una realidad, ya que se decidió desmontarlo y trasladarlo en una sola pieza.


El 14 de diciembre de 1986, en más de 10 horas, 300 trabajadores movieron 430 metros la obra de Rivera, sin que sufriera daños para colocarla en el que sería su nuevo hogar. Era un predio vacío, en el que estuvo el Hotel Ritz, que también tuvo daños por el sismo y fue demolido. “El mural llegó a este sitio antes de que estuviera el museo”, acotó Dolores Martínez, y explicó que se encargó al arquitecto José Luis Benlliure diseñar el recinto que es hogar del mural.


Tomaron la palabra los científicos de la UNAM, la investigadora en Historia del muralismo en México, Arte monumental, Patrimonio y Restauración en el Arte Mural del siglo XX, Mercedes Sierra Kehoe, quien encabezó el estudio, y el jefe de Departamento de Física Experimental del Instituto de Física, José Luis Rubalcaba Sil, quienes llevaron a cabo la presentación del Análisis no destructivo para el estudio In situ del arte, la arqueología y la historia. Análisis de la técnica al fresco: Diego Rivera 1923-1947.


“Diego es inagotable y el INBAL, con todo el amor al patrimonio, nos abrió las puertas para este estudio y hoy tenemos más información de uno de los pintores más importantes de México”, afirmó Mercedes Sierra.


El legado de Diego Rivera en el siglo XXI


“Es el momento donde se unen las investigaciones en ciencias y humanidades lo que nos dio la confianza para realizar este trabajo”, comentó Sierra Kehoe. La investigación comenzó en 2016, trabajaban solo los lunes, pues es el día que el museo no abre. Para realizar los trabajos –que buscaban revisar los materiales empleados en el fresco y los cambios estructurales que ha experimentado la obra–, prácticamente mudaron el laboratorio al museo.


La investigación partió de la imagenología y dos metodologías de trabajo distintas, una la histórica, que analizó la imagen y su momento histórico, además, indagó en cómo Rivera trabajaba, de acuerdo con lo que se tenía registro, lo que se encontró entre sus bienes y los datos que el mismo mural revelaba. Por otro lado, avanzó la investigación física, que permitió explorar los químicos de los compuestos, la imagenología de la obra y la estructura física de la misma.


Fueron 19 sesiones de trabajo en el museo, con 13 diferentes técnicas de estudio no invasivas, dijo a su vez José Luis Rubalcaba. “Es la tecnología que usan los robots en Marte”. Y fue la primera vez que dicha tecnología se usaba para estudiar una obra de grandes dimensiones.


Entre los hallazgos, se determinó que Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central solo tiene 10 colores, que son los mismos que dan los puntos de atención al mural. “Saber cuáles son los elementos de los pigmentos permiten saber qué puede pasar con ellos en el futuro” y “con todo esto se puede entender cómo se trabajó este mural, cómo trabajaba Rivera y, tal vez, todos los muralistas de la época y así conocer más para una mejor conservación”, dijo Rubalcaba Sil.


En la parte histórica, Mercedes Sierra explicó que al indagar en los bienes del estudio de Rivera se encontraron los sobres donde él separaba los pigmentos que usaría cada día para cada área –tarea– que pintaba; e incluso, se localizaron paquetes completos, de una fábrica de pigmentos francesa, que localizaron y, a pesar de los años, todavía surte colores para artistas.


En total, se determinó que Diego Rivera, con apoyo de Rina Lazo, trabajó en más de 40 etapas y 70 tareas en el mural.


Se muestran los secretos


José Luis Rubalcaba comentó que, aunque la historia dice que el muralista no trabajaba con la técnica de estarcido, la cual dijo, es como calcar la obra antes de pintarla, –Rivera la aprendió cuando estudió en Europa– el escaneo en alta definición permitió ver que sí hay marcas de la técnica en la obra e incluso, se pudo determinar que, aunque el trazo era uno, el artista decidió corregir sobre la marcha, porque no era lo que quería.


Uno de los ejemplos está en el mismo rostro de Diego niño, al centro del mural, y en los ojos de Frida Kahlo, pareciera que fueran sus arrugas, pero no, vemos que son trazos que no fueron marcados al final, lo cual habla de la maestría del artista para cambiar; otro más se ve en los rehiletes, comentaron los expertos.


“Se dice que Diego no usaba estarcido, tal vez él no lo usaba, pero Rina Lazo sí. En realidad, no lo sabemos, pero es interesante saber que esta técnica está en el mural y, tal vez en otros”, comentó Rubalcaba Sil.


A su vez, los rayos X que se hicieron a la pintura, tanto para ver de otra forma los pigmentos, como para conocer la estructura, revelaron que hay fisuras milimétricas que, probablemente, causó el sismo de 1985. Al saber dónde están, se pueden mantener en monitoreo y mantenimiento constante para prevenir afectaciones mayores.


Sobre este punto, la arquitecta Dolores Martínez comentó “vivimos en un país con alta sismicidad y, en esta zona, sabemos que hay que estar atentos al monitoreo constante. Por fortuna, el mural está impecable, estable y este año se hará un trabajo de conservación preventiva, que es parte del trabajo que hace el CENCROPAM”.


Cabe recordar el INBAL, a través del CENCROPAM, realiza trabajos preventivos para la conservación del mural catalogado como Patrimonio Artístico Nacional, uno de los más recientes se llevó a cabo en junio de 2023, que revisó el comportamiento de la estructura metálica, que da soporte y estabilidad a la pieza, sin presentar daños o deterioros visibles.


"Nuestra tarea y compromiso es atender el patrimonio, estar en el monitoreo permanente por la conservación integral del patrimonio, apostamos por el trabajo interinstitucional para su cuidado, sumando lo que haga la academia, lo que hacemos en las áreas técnicas especializadas, y reiteramos el compromiso institucional como instancia federal por la conservación integral del Patrimonio Nacional”, reiteró Martínez Orralde.


Accesibles al público


Del proceso de investigación, dijeron, han surgido tres documentales, múltiples publicaciones en revistas especializadas, una plataforma de la UNAM en la que están todos los materiales, además de distintas tesis, tanto en la línea de las humanidades, como de ciencias físicas; coloquios, simposios y más.


“Esta investigación habla a dos grandes sectores, uno, la divulgación, es muy importante, porque a veces dejamos de lado la divulgación de las investigaciones y es importante que todo el mundo la conozca, esa fue la intención de esta Noche de Museos. Y, en un sector educativo, está dirigido a restauradores y conservadores patrimoniales, y, por otro lado, es un ejercicio para los nuevos muralistas”, comentó en entrevista la investigadora María de las Mercedes Sierra Kehoe.


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PIE DE FOTOS: El Museo Mural Diego Rivera –que celebra 37 años de existencia– abrió sus puertas al conversatorio “El legado de Diego Rivera en el siglo XXI”.

Fotografías: Franyeli García / Secretaría de Cultura.

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