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Libros 2015-09-10 16:13

La verdadera poesia es impensable sin Ramon Martinez Ocaranza

Celebran centenario del poeta en el Palacio de Bellas Artes



La verdadera poesía es impensable sin Ramón Martínez Ocaranza



· El escritor michoacano fue recordado por Enrique González Rojo, Roberto López Moreno, Israel Ramírez y Evodio Escalante


La figura del poeta mexicano Ramón Martínez Ocaranza (Jiquilpan de Juárez, Michoacán, 5 de abril 1915 - 21 de septiembre de 1982), conocido como un autor inconfundible, único y en constante búsqueda de sí mismo, fue motivo de conmemoración en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes en una mesa redonda.



Con motivo del Centenario de su natalicio, Enrique González Rojo Arthur, Roberto López Moreno, Israel Ramírez y Evodio Escalante, participaron en el evento donde se hizo un reconocimiento a la calidad poética y literaria del autor, quien fuera alumno de Agustín Yáñez y Julio Jiménez Rueda, en sus tiempos como estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.



Enrique González Rojo Arthur describió a Ramón Martínez Ocaranza como un poeta inconfundible, excelente y único, que en su etapa más personal “no pareciéndose a nadie”, asume su originalidad indiscutible del modo más espontáneo y natural y no a semejanza de otros como un recurso rupturista para hacerse de una supuesta personalidad.



“Martínez Ocaranza en su querida Morelia se pasaba las horas leyendo a Cervantes, Shakespeare, San Juan de la Cruz, Dostoyevsky, se dirigía a los portales, departía con todo el mundo, se convertía en manantial de ocurrencias, en vertedero de citas, chisporroteo de bromas; fatigado con este intercambio de palabras con los vivos, se refugiaba en la soledad y en el soliloquio donde las funciones definitorias de la vocación hallaban el ámbito necesario e insustituible de realización”, expuso el escritor González Rojo Arthur.



El también filosofo dijo que Ramón Martínez Ocaranza le dio un vuelco a la poesía mexicana, del tono crepuscular del modernismo al nacionalismo rampante y agregó que fue un poeta en incesante búsqueda de sí mismo, cuya verdadera voz no la encontró sino tardíamente e indicó que el homenajeado cumplió con tres exigencias para ser un buen escritor: hablar con los muertos, con los vivos y después consigo mismo.



“Desde muy joven dio muestras de capacidad lírica y de astucia verbal, pero la domesticación de las influencias, del hallazgo, de la forma en la que su interioridad atormentada podría expresarse no estaba a la vuelta de la esquina, sino al lento proceso de maduración que le llevó toda la vida”, manifestó Rojo Arthur.



Por su parte, el periodista Roberto López Moreno coincidió en reconocer a Ramón Martínez Ocaranza como uno de los grandes poetas, pero ante el cual parece los lectores se esconden “para que no los alcance su palabra”.



En tanto, Evodio Escalante comentó que el autor de Al pan pan y al vino vino, tiene un lugar inestable en la literatura mexicana. “Quiero decir que no se sabe bien a bien si logró entrar a ella o es que acaba de salir, pese a su reciente incorporación dentro del archivo negro de la poesía mexicana, me temo que los lectores de poesía no saben qué hacer con él.



Agregó: “Él se reveló contra la belleza y sus mistificaciones, se aferró a la lucha de clases, la verdadera poesía es impensable sin él”, indicó el también poeta.



Finalmente, Israel Ramírez expuso a Martínez Ocaranza como un poeta con lectores fieles, dedicados y conocedores de su obra, por lo que le es difícil decir que es un poeta desconocido. “Un poeta como él no pierde todos los lectores, pero tampoco ganará más miles de los que tiene”, indicó.



Ramón Martínez Ocaranza publicó poemas y artículos en periódicos y diarios de la República Mexicana, como El Nacional, La voz de México, La Zona, Pliego, Renglones, Vida Nicolaita y Voces; al lado de Enrique González Vázquez dirigió la revista Voces y junto con Raúl Arreola Cortés fue fundador de la revista Pliego.



Durante 25 años se desempeñó como académico de la Universidad Michoacana, ocupando diversos cargos, con interrupción de 1966 a 1968. El poeta fue encarcelado, junto con su esposa e hijas, y liberado por acuerdo presidencial, debido al reclamo de intelectuales y grupos culturales. Manifestó su apoyo a diversas luchas sociales, como la Guerra Civil Española. En su honor se creó la Fundación Cultural Ramón Martínez Ocaranza, AC, la cual está dedicada al estudio y divulgación de su obra.



DAF

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