img
Musica 2015-09-21 14:33

La Orquesta Filarmonica de Londres interpreto Resurrección de Mahler, bajo la batuta de Alondra de la Parra

La Orquesta Filarmónica de Londres interpretó Resurrección de Mahler, bajo la batuta de Alondra de la Parra





Ø En el último de los dos conciertos que ofreció en el Palacio de Bellas Artes, la agrupación estuvo acompañada por la mezzosoprano inglesa Jennifer Johnston y la soprano mexicana Olivia Gorra



Ø Asimismo, participaron los coros de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham y del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del británico Simon Halsey





Si el primer concierto ofrecido en el Palacio de Bellas Artes por la Orquesta Filarmónica de Londres, bajo la dirección de Alondra de la Parra, fue un espectacular acontecimiento, en el segundo, presentado la noche del jueves 17 de septiembre, ocurrió una auténtica manifestación de lo divino.



Y ello se debió a que la Sinfonía núm. 2 en do menor, Resurrección de Gustav Mahler es capaz, como su nombre lo indica, de revivir a los muertos, a los más duros de corazón.



Acompañada por la mezzosoprano inglesa Jennifer Johnston y la soprano mexicana Olivia Gorra, así como por los coros de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham y del Teatro de Bellas Artes, ambos conducidos certeramente por el británico Simon Halsey, la Orquesta Filarmónica de Londres volvió a dar otra enorme demostración de su talento y poderío musical.



A 104 años de la muerte de Mahler, su música sigue causando conmoción, y ahora, tal vez más que antes, cobra una nueva luminosidad como pocas veces puede comprobarse por estas latitudes.



En el inicio de Resurrección se entra en una especie de conexión con lo divino, como un viaje del paraíso perdido a una temporada en el infierno y viceversa.



La sinfonía de Mahler, que dura alrededor de una hora y 20 minutos, transcurre como un suspiro, como una suave brisa de verano, a pesar de la lluvia que desde hace varios días no cesa de caer en la Ciudad de México, como si el cielo llorara al escuchar el dolor del incomprendido compositor.



Alondra de la Parra, como los mejores directores de orquesta, condujo a la agrupación londinense hasta el crepúsculo de una sinfonía difícil de interpretar y dirigir.



Los dos conciertos de la Orquesta Filarmónica de Londres en el recinto de mármol seguramente quedarán grabados en la memoria de los afortunados mexicanos y extranjeros que tuvieron la oportunidad de asistir a dos hechos que, aislados por el tiempo, comparten la misma magia.



Al final del concierto, la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, bajó rápidamente a los camerinos para felicitar a Alondra de la Parra –quien lucía radiante– y a algunos integrantes de la Orquesta Filarmónica de Londres. Ahí, la directora de orquesta le resumió lo que cientos de personas acababan de escuchar: una pieza elevada al más allá.



Después de escuchar la Resurrección de Mahler vienen a la memoria estos versos escritos por Walt Whitman: “La orquesta me lleva en giros más amplios que los del planeta Urano,/ y saca de mí entusiasmos que yo desconocía; / me levanta y me hace navegar desnudo por mares indolentes cuyas ondas acarician mi cuerpo./ Un granizo amargo y enemigo me azota y pierdo el aliento./ Me siento hundido en un baño dulce de morfina y mi garganta se anuda como si fuese a morir…/ Al fin vuelvo otra vez a este enigma de los enigmas que llamamos Ser”.

Mas Articulos