Cantos y bailes tradicionales afrobrasileños llenaron el Teatro de la Danza





Se presentó por primera vez en la ciudad de México el Ballet Folclórico de Bahía



Una de las pocas compañías que busca preservar el folclor afrobrasileño





De lo sagrado a las fiestas para celebrar la vida, fue lo que presentó el Ballet Folclórico de Bahía en el Teatro de la Danza, donde mostró los bailes tradicionales de Brasil.



Con la presencia de María de los Ángeles Moreno, en representación de Beatriz Paredes, embajadora de México en Brasil, Enio Cordeiro, embajador de Brasil en México y Eunice Sandoval, subcoordinadora nacional de danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en representación de la María Cristina García Cepeda, directora general del INBA, el Ballet de Bahía -reconocido por ser una de las pocas agrupaciones preocupadas por preservar y divulgar en el estado más puro las principales manifestaciones afrobrasileñas- lució por primera vez en la ciudad de de México, bajo la guía coreográfica de Walson Botelho y Ninho Reis.



El espectáculo refrendó lo comentado en algún momento por su director artítico, José Carlos Arandiba: “el Ballet Folclórico de Bahía es una compañía sin precedente. Es considerada una de las mejores agrupaciones de danza folclórica profesional del mundo”.





El espectáculo del Ballet Folclórico de Bahía es muy plástico y bonito. La danza, la estética, la pintura y la religión están representados en él, ha comentado Arandiba, y esto se pudo apreciar en el Teatro de la Danza, donde se presentó el cuadro Herencia Sagrada, homenaje a los antepasados africanos, que mostró la iniciación de un joven en la religión Candomblé (culto de origen africano traída a Brasil por los esclavos durante el periodo colonial). La coreografía, que inició con cantos tradicionales, está basada en la creación del mundo, según la mitología africana y de historias de los Orixás (Dioses africanos).



El cuadro finalizó con Puxada de rede o Daza de los Pescadores, un baile popular que todavía se puede apreciar en las playas de Bahía, en la cual los pescadores, acompañados de sus mujeres, salen por la noche a pescar, mientras que al mismo tiempo realizan rituales para Iemanjá, diosa del mar, con cantos, bailes para rogarle paz, protección y abundancia.



En seguida sorprendió Samba de roda, una muestra de la forma más primitiva y auténtica de la samba brasileña, la cual era bailada por los esclavos africanos durante sus tiempos de ocio.



Introducida por un solo de birimbao (arco musical) en el que uno de los músicos incluso sorprendió con su gran habilidad, se dio paso al cuadro Capoeira, pieza dedicada al arte marcial de origen africano donde sólo se utilizan los pies, inspirada por los movimientos felinos, que llegó a Brasil traída por los esclavos de Angola.



En este segmento, plasmado en un ambiente de mercado, la gran agilidad de los bailarines se dejó ver, intercambiaban combates, entre saltos mortales, marometas, al ritmo de las percusiones y los cantos.



Finalmente, se presentó Afixiré que significa danza de la alegría, la cual mostró la gran influencia que los pueblos africanos tuvieron en la formación de la cultura brasileña. El baile se desarrolla en una explosión de colores, movimientos, música y mucha alegría, en la cual se eleva la autoestima y se celebra la vida.





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