En su primer concierto en México
Con un festín de música rusa, la Orquesta del Teatro Mariinsky
ï‚· Logra ovación de pie tras la interpretación de piezas de
Shostakóvich y Rajmáninov
ï‚· Los asistentes fueron sorprendidos con un encore de
música mexicana
Una ovación de pie logró la Orquesta del Teatro Mariinsky en el
primero de los cuatro conciertos que la agrupación ofrece en nuestro
país. Tras dos horas de música rusa, ejecutada con gran maestría y
bajo la batuta de Elim Chan, sonoros aplausos de los asistentes, los
cuales se prolongaron por varios minutos, inundaron el Palacio de
Bellas Artes.
La directora invitada, Elim Chan, regresó al escenario. “Muchas
gracias, ¿una más?”, dijo en español, a lo que el público respondió
con un fuerte y contundente ¡sí! El encore simplemente conquistó a los
asistentes, pues se trató del Huapango del compositor mexicano José
Pablo Moncayo.
Parte de la comunidad rusa que vive en nuestro país se dio cita
en el recital de la Orquesta Mariinsky que por primera vez visita suelo
mexicano. El repertorio abrió con Obertura festiva, op. 96, de Dmitri
Shostakóvich, pieza espectacular de tonos festivos que sirvió para
ambientar la grandeza de los compositores rusos.
El concierto continuó con Rapsodia sobre un tema de Paganini
op. 43, de Sergéi Rajmáninov, donde la Orquesta Mariinsky contó con
la presencia de Behzod Abduraimov en el piano. Una suave melodía,
conquistó al Palacio de Bellas Artes de notas tranquilas que se tornaban dramáticas y que exigía un gran
virtuosismo en el piano.
Después, también de Sergéi Rajmáninov, los asistentes
disfrutaron de la Sinfonía No. 2 en re menor op. 27 y sus cuatro
movimientos. Espectacular pieza cargada de emotividad, donde tonos
lúgubres daban paso a notas de gran melancolía, para luego sonar
dramáticas y a la vez festivas.
En este primer concierto la Orquesta Mariinsky estuvo bajo la
batuta de Elim Chan, quien fungió como directora invitada. Originaria
de Hong Kong, la joven dio muestras de su talento en la dirección, con
movimientos suaves, a veces frenéticos, según la intensidad de la
pieza, pero siempre contundentes y precisos.
Tras dos horas de recital con música rusa y el encore de tintes
mexicanos, la emoción se desbordó. El público aún tendrá oportunidad
de escuchar a la Orquesta Mariinsky, la cual ofrecerá tres conciertos
más en el Palacio de Bellas Artes y el Auditorio Nacional.
Este miércoles el programa que se presentará en el recinto de
mármol estará integrado por la obertura de La gran Pascua rusa, de
Nikolái Rimski-Kórsakov; el Concierto para piano No. 2, de Sergei
Rajmaninov y la Sinfonía núm. 5 de Dmitri Shostakóvich, nuevamente
bajo la batuta de Elim Chan.
También en el Palacio de Bellas Artes, el día jueves la Orquesta
Mariinsky interpretará obras de Sergéi Prokófiev, como la Sinfonía No.
1 en re mayor op. 25, Clásica; la Sinfonía concertante para violonchelo
y orquesta en mi menor op. 125 y la Sinfonía No. 5 en si bemol mayor
op. 100, con la dirección de Valeri Gergiev e Ivan Karizna en el
violonchelo.
La última fecha será el 4 de marzo en el Auditorio Nacional,
donde la agrupación rusa, bajo la batuta de Valery Gergiev y Sergei
Redkin, como solista, ofrecerá un programa con piezas de Aleksandr
Borodín, Piotr Ilich Chaikovski e Ígor Stravinski.