Cuarta novela del autor
Presentan La eternidad no tiene futuro, de Enrique Berruga Filloy
ï‚· Novela que provoca duda como motor y generador de la
cultura: Rafael Tovar y de Teresa
Un texto crítico y reflexivo, con buen humor acerca de la muerte, es La
eternidad no tiene futuro, cuarta novela del diplomático Enrique
Berruga Filloy, cuyo protagonista es Blanco, un joven que llega al
paraíso y se asombra de lo que ahí ve, pero a su vez está aferrado al
recuerdo de su viaje por la Tierra e inconforme de estar en el mundo
de los muertos.
La publicación, editada por Planeta, fue presentada por Rafael
Tovar y de Teresa, titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno de
la República, en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional
de Antropología, donde comentó que esta novela se lee con gusto,
con el placer de la escritura ágil y el lenguaje diáfano.
Destacó el buen humor del autor, su condimento de reflexión y
conocimiento, con las punzantes preguntas sobre el hombre, la razón
de la existencia, las texturas del alma y la íntima relación del amor y la
muerte, por lo que La eternidad no tiene futuro se convierte en una
novela que cumple con su cometido: la duda, la inconformidad, y la
pregunta como motores y generadores de la cultura.
En el acto, el periodista Jorge Zepeda Patterson indicó que se
trata de un divertimento y un compendio filosófico, así como un
manual del usuario sobre su primer día en el cielo, donde el lector se
entera que ahí existen arcas, cantos gregorianos, al igual que música ranchera y vallenatos colombianos, pero uno no puede morirse de
envidia ni morirse, y ahí está el meollo del asunto.
Por su parte, el autor explicó que la novela surgió a partir de las
dos obsesiones que tienen los seres humanos: la supervivencia y el
amor. “El amor y su socio natural, el sexo, permiten la preservación de
la especie. Tan obsesionados estamos con esto que llegamos a creer
que la vida no se termina donde se termina. Es más, llegamos a creer
que iremos a la eternidad”.
Enrique Berruga Filloy ha publicado tres novelas, Destino: Los
Pinos (en coautoría con Mario Melgar), El martes del silencio y
Propiedad ajena. Esta última fue adaptada al cine en 2007. Debido a
su carrera diplomática ha cambiado de residencia en 11 ocasiones,
actualmente vive en la Ciudad de México.
DAF