En el marco de La noche nos pertenece, en el Museo Nacional de San Carlos, especialistas reconocen la importancia de la energía eléctrica en la pintura, la gráfica, el cine, la antropología, la historia de la cultura y el arte, así como de la literatura y el periodismo
Cuando llegó la luz eléctrica a la Ciudad de México, en las postrimerías del siglo XIX, encendió los reflectores de los nuevos escenarios de la vida nocturna que diversos artistas, pintores, grabadores, fotógrafos, cineastas, periodistas y literatos, harían suyos y plasmarían en sus obras para, al mismo tiempo, dejar registro sobre el proceso de modernización del país.