Una mañana fría y oscura de invierno de 1955 en México, dos mujeres, Carmelita y Lola, se encuentran a las puertas de la iglesia de San Sebastián. La cotidianidad del pueblo cambia, las rutinas, los tiempos, el transporte, las historias, los viajes y el trabajo conllevan a lo que posiblemente se convertirá un asesinato y el cambio de rutina llevará al espectador a ser testigo de tal acontecimiento.