Disecciones es una obra donde el cuerpo habla de lo que quiere expresar con su máximo rango de fisicalidad: Rossana Filomarino





· El montaje apuesta a la conjunción de la palabra, el movimiento y la música



· Cuenta con textos de José Alberto Gallardo y música de Rodrigo Castillo, así como movimiento y puesta en escena de Rossana Filomarino



· Ofrecerá funciones el 9, 11 y 12 de febrero en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque





“Disecciones es una obra donde el cuerpo habla de lo que quiere expresar con su máximo rango de fisicalidad, generada por una emotividad interna. Es un trabajo muy gratificante e interesante realizado en conjunto con José Alberto Gallardo y Rodrigo Castillo, es la construcción compartida del producto escénico”.



Así describió Rossana Filomarino la obra Disecciones, que ofrecerá funciones el jueves 9 de febrero a las 20:00, el sábado 11 a las 19:00 y el domingo 12 a las 18:00, en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.



La coreógrafa, dueña de una trayectoria de más de 50 años en el campo danzario, explicó que se trata de una obra que apuesta a la conjunción de la palabra, el movimiento y la música. “La palabra nació después de los movimientos. A partir de la experiencia física, José Alberto Gallardo escribió los textos que son muy poéticos y duros, porque la obra no propone medios tonos sino sensaciones potentes”.



Agregó que en la obra “hay pautas muy definidas y estrictas, por lo que se puede abordar la improvisación con un camino diferente que apuesta al estudio profundo de lo que sucede. No hay una libertad absoluta sino condicionada a lo que sucede en el momento, que es finalmente la esencia del teatro, el aquí y ahora. Hay también algunos movimientos de danza butoh”.



Disecciones fue creada en 2016 y es resultado del proyecto escénico de Filomarino como parte del Sistema de Creadores de Arte del Fonca. “Es una pieza basada en cuatro disecciones; la primera con un hombre atado que se revela de manera animal a su situación, la segunda es una escena con un tono lúdico, la tercera pieza es el clímax de la obra, con la rabia, impotencia e ira contenida, y el cuarto trazo es un paso lento a otro tiempo y ritmo”, dijo la también directora del grupo DramaDanza.



El intérprete y escritor José Alberto Gallardo afirmó que trabajar en el montaje ha sido una experiencia novedosa. “La indagación y extracción del material para la puesta en escena fue por un camino de encuentro sin mayor interferencia, de reconocerme y de darme cuenta de mis posibilidades en zonas que permanecían calladas”.





Subrayó que para comunicarse, la palabra había sido mucho más accesible que el cuerpo. “Después del trabajo con el cuerpo surgieron los textos, algo que me sorprendió porque fueron palabras que surgieron desde un lugar donde, aun cuando la conciencia está presente, no es la que dicta el devenir, sino la que existe después de encontrarse con el extremo del cuerpo”.



Dijo que dentro de la interpretación hay un trabajo energético importante además de que se acude a muchas zonas dormidas de la memoria que no serían fácilmente nombrables si no se atraviesa por el trabajo del cuerpo. “Puedo reconocer que hay en mí un cambio en la forma de acceder a los materiales para poderlos expresar, una suerte de desconocimiento, algo que es positivo para el trabajo que estamos haciendo”.



En su intervención, Rodrigo Castillo, creador de la música del montaje, dijo que es la primera vez que se presenta en un escenario para compartir el suceso en vivo. “La experiencia que me ha dado estar atrás de los escenarios la puedo reflejar ahora como intérprete, acompañante y cómplice de José Alberto y Rossana. La música no es tradicional o atonal, trato de que sea una música orgánica, basada en percusiones orientales y tibetanas”.