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Museos 2016-03-08 19:09

Centro Cultural Isidro Fabela Museo Casa del Risco

Encuentro el Centro Cultural Isidro Fabela Museo Casa del Risco

Participar en la muestra Sin comisario ha sido como andar en bicicleta sin manos: Luis Argudín



ï‚· Artistas, críticos y curadores participaron en la mesa debate

Un acercamiento a la curaduría en la plástica

contemporánea, organizada en el contexto de la exposición

que reúne a 118 creadores



La exposición Sin comisario ha sido para los participantes como andar

en bicicleta sin manos, dijo el pintor Luis Argudín al curador

Cuauhtémoc Medina, quien comparó la muestra con las que

organizaba el Salón Independiente de París, entre los años 1911 y

1914, donde los artistas protestaban contra la manera en que el

régimen manejaba el arte y las exhibiciones, pero aquí, agregó

Cuauhtémoc Medina, “no se trató de un reproche cimentado, sino que,

de una manera excesiva, se refugiaron en nombrar así a la exposición,

Sin comisario, sin tener algo sustancial que decir, más bien porque se

liberaban de algo, en este caso del curador”.



El Centro Cultural Isidro

Fabela Museo Casa del Risco el debate Un acercamiento a la

curaduría en la plástica contemporánea, con la participación de

Manuel Marín, pintor, crítico de arte y curador; Cuauhtémoc Medina,

curador e historiador de arte; Luis Rius Caso, especializado en historia

e historiografía de arte y curador, con la moderación de Luis Argudín,

en el contexto de la exposición Sin Comisario. La mesa debate fue

organizada por Arturo Buitrón, Gabriel Macotela y Rogelio Cuéllar.



Entre el público estaban algunos de los 118 artistas que forman

parte de Sin comisario, como Alberto Castro Leñero, Jazzmoart,

Lorena Camarena, Roberto Parodi, Aurora Noreña, Octavio

Moctezuma, Juan San Juan, Christa Klinckwort, Rodrigo Ayala, y

bicicleta sin manos: Luis Argudín

María Ángeles Chávez, entre otros, quienes como un juego lúdico de

artista más que una provocación, eligieron una obra de su producción

que les era representativa para la exposición. En Sin comisario, que

reúne a artistas vivos y activos de diferentes generaciones, ellos

fueron los curadores de su trabajo.



“La muestra no reúne una temática de coyuntura en común; es la

conjunción de la creatividad de propuestas personales no sujetas a la

pretensión conceptual de un convocante que discute la coautoría de la

‘pieza’, relegando así al creador a un segundo término”, advirtieron los

convocantes de esta exposición que se está presentando en el Museo

de Arte Moderno del Estado de México.



“El tema central es que los artistas, sobre todo los pintores que

participamos en esta muestra, sentimos que actualmente los

curadores se han apoderado de no sólo de la selección y los espacios

para exponer, sino incluso buscan marcar el rumbo de los creadores y

adjudicarse la autoría de las obras. Por eso quisimos establecer un

rumbo nuevo, lograr un espacio para presentar nuestro trabajo y ser

nosotros quienes decidiéramos qué obra nos representa”, destacó

Arturo Buitrón al hablar del origen de la muestra colectiva Sin

comisario.



El curador Cuauhtémoc Medina, quien admitió no haber visto la

exposición personalmente, pero saber de la propuesta, les dijo que su

idea es similar a un “marco podrido” que se llamó Salón

Independiente, y reconoció que la exposición es una afrenta pero sin

una actitud de rebeldía, como lo fue en París, “aquí nada más es un

nombre de exposición, sin rumbo, sin sentido, fue como sacar los

cuadros de una bodega”, expresó dijo al reconocer también que el arte

del curador es poder.



“Por supuesto que la curaduría es un ejercicio de diversos

poderes. El poder de persuasión, sorpresa y cambio de reflexión.

¿Para qué sirven las estructuras de poder? el arte reclama poder y en

el campo cultural sólo podemos aspirar a producir poder: el poder de

la atención”, consideró Cuauhtémoc Medina.

Entre el público, tomó la palabra el pintor Roberto Parodi quien

advirtió: “Los curadores nos han excluido de sus prácticas prioritarias,

la curaduría no está con nosotros. Ustedes los curadores ahora toman

el papel de los artistas ligados al poder”.



Cuauhtémoc Medina refutó al respecto: “No se trata de pensar

que alguien quiere borrar la historia del arte, sino que la conoce de

manera distinta, desde el estudio del arte”, y reclamó que algunos

pintores aseguren que los curadores actuales quieren enterrar a la

pintura, “es mentira que los curadores hayamos declarado la muerte

de la pintora, es una conjura paranoide, no existe un documento que

muestre tal idea. Asesinar a la pintura es como asesinar a un

descendiente de Moctezuma; querer matarla sería la expresión de una

tontería en la escena pública. Sin embargo, admito mi producción de

poder y la necesidad de que disputemos el poder”, reconoció.



Por su parte, Luis Rius Caso advirtió: “Tenemos legitimada la

imagen del curador, por suerte hay muchos tipos, y es cierto que

actualmente el arte se expresa a través de esta figura a veces muy

protagónica. En el arte contemporáneo hay gente muy preparada, y

muchas veces el curador es la figura menos cuestionada e

imprescindible. El problema es preguntarse ¿qué pasa en la industria

cultural del arte? porque hay artistas que no vemos a pesar de tener

una producción muy amplia, a veces parece que el artista está en el

lado inviable de las industrias culturales. Por eso debe haber

propuestas que tenga otra forma de visibilidad, no para desplazar al

curador sino como una alternativa más como Sin comisario, que deja

ver un panorama más amplio de una forma interesante: deja a la obra

respetar al creador en un modelo paralelo que no desplaza”.



Luis Rius Caso sugirió que Sin comisario se establezca como

una propuesta que se realice cada año, aunque refirió que no estuvo

exenta de curaduría, pues hubo de alguna manera una selección de

participantes, y la muestra tampoco se exhibió en un lugar marginal.



Por su parte, Manuel Marín aplaudió realizar exposiciones donde

se desarrollen las discrepancias como Sin comisario, e ironizó en el

papel del mercado y la estética para legitimar a un creador: “¡Hay que olvidarse del poder, las producciones, el presupuesto, y las ideologías

que nos rebasan, quien quiera hacer un performance encuerado que

no se vista!” concluyó.

Museo de Arte Moderno del Estado de México, Boulevard Jesús

Reyes Heroles No. 302, colonia San Buenaventura, Toluca, Estado de

México, y el próximo mes de junio se expondrá en el Museo

Bicentenario de Texcoco, los organizadores esperan que la muestra

pueda presentarse en diversos museos de la República Mexicana.

PJT

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